El joven trujillano que hasta hace poco era el más buscado de Argentina vivió en el distrito La Esperanza y su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, lo bautizó como Tony, en homenaje a Tony Montana, el narcotraficante de la película «Caracortada». Su progenitor fue asesinado en el 2018 como parte de la guerra entre las bandas «Los Injertos de Nuevo Jerusalén» y «El Gran Marqués» por el control del mencionado distrito.
La noche de este martes 30 de setiembre el joven de procedencia trujillana fue capturado en el balneario de Pucusana, a 60 kilómetros al sur de Lima, mientras viajaba en un camión boliviano. Cayó luego de una intensa persecución desde Argentina, donde un país entero se ha conmocionado por el horroroso triple crimen que se le adjudica. Según las investigaciones, su intención era encontrarse en Perú con el argentino Matías Ozorio, su mano derecha y detenido también este martes.
Su historia ha llamado la atención de los medios internacionales.
Su padre fue asesinado
“Te necesito, papá”, escribió con nostalgia el hoy capturado Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, en el muro de su cuenta de Facebook años atrás. Señalado por la policía argentina como el autor del secuestro, tortura y homicidio de tres jóvenes mujeres en Buenos Aires el sábado 20 de septiembre, “Pequeño J” no aparece consignado en los registros migratorios. Sin embargo, los posts que dejó en Facebook ofrecen datos relevantes.
”Te prometo que esto no va a quedar así, porque si nadie hace nada, yo mismo lo hago con pana y elegancia”, prometió a su progenitor que vengaría su muerte. En la mañana del 16 de diciembre de 2018. Y es que el padre de “Pequeño J.”, fue ejecutado por un sicario de la banda criminal “El Gran Marqués”. Janhzen Valverde pertenecía a la organización “Los Injertos de Nuevo Jerusalén”, según la policía.
A ese brutal asesinato se refería “Pequeño J” en Facebook, quien años después se instaló en Buenos Aires y se convirtió en miembro de una organización de narcotraficantes, dejando así su vivienda del sector Nueva Indoamérica, en el distrito de La Esperanza, en la provincia de Trujillo.
Todo indica que la muerte del padre fue una venganza, porque el 9 de julio de 2018, Santos López Guevara, de la banda “El Gran Marqués”, fue ejecutado por el grupo criminal rival. Cinco meses después, en represalia mataron al padre de “Pequeño J”.

Raíces del mal
Esto quiere decir que el el joven veinteañero, que se convirtió en el peruano más buscado por la policía argentina, creció en un entorno muy violento controlado por organizaciones criminales. Precisamente, el homicidio de su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, fue un episodio de esa historia de vida marcada por actividades criminales atribuidas a integrantes de su familia.
La tía de “Pequeño J”, Margarita Victoriano Gonzáles, declaró a la policía que su cuñado Janhzen Valverde Rodríguez recibió tres disparos de Wilder Lara Chávez, conocido como miembro de la banda “La Jauría”. El crimen ocurrió en un cruce de calles del asentamiento humano Nueva Indoamérica, en La Esperanza, donde residía con su pareja y sus dos hijos, el “Pequeño J” y Sandy Valverde Victoriano. El homicida vivía en la misma zona.

Más enfrentamientos
El 13 de julio de 2012, José Sánchez Díaz, quien hacía poco había retornado de Argentina, fue ejecutado con arma de fuego. En ese momento la policía atribuyó el crimen a Manuel Valverde Rodríguez, alias “Chuman”, tío carnal de “Pequeño J”, sindicado como integrante de la banda “La Jauría”.
Los registros indican que el 17 de junio de 2013, Luis Valverde Rodríguez, alias “Serranasho”, tío también de “Pequeño J”, fue arrestado por la policía porque se encontraba con orden de captura. Estuvo preso entre los años 2007 y 2009 por los graves delitos de robo agravado y extorsión. Al momento de la intervención, Luis Valverde estaba armado.
Los tres hermanos, Manuel, Luis y Janhzen vivían La Esperanza, de donde salió “Pequeño J”. El mundo donde se forjó la personalidad de Tony Valverde Victoriano era el mundo del crimen.






