Para nadie es un secreto que el desarrollo tecnológico transforma de manera acelerada el panorama empresarial peruano. De este modo, la Inteligencia Artificial (IA) se consolida como un recurso estratégico clave para optimizar procesos, sin embargo, se tiene que incentivar la investigación sobre su uso y regulación.
“La inteligencia artificial nos ofrece un sinfín de oportunidades para mejorar la vida de las personas, acelerar procesos y generar conocimiento. La academia tiene la responsabilidad de seguir investigando sobre este campo, brindar oportunidades para que el talento se prepare y lidere este cambio”, comentó Christian Mesía-Montenegro, director de Investigación, Innovación y Responsabilidad Social de la Universidad Privada del Norte (UPN) en el evento organizado por la institución sobre “Avance de la Inteligencia Artificial en el Perú”, que reunió a grandes expertos en el tema.
De acuerdo con la última Encuesta de Expectativas de Empleo de ManpowerGroup, el 72% de las empresas peruanas planea invertir en procesos de automatización en los próximos 12 meses. Sin embargo, para que este crecimiento sea sostenible, es indispensable fortalecer la infraestructura tecnológica, promover la formación especializada y establecer marcos regulatorios adecuados.
Durante el evento, se presentó un estudio reciente de Niubox que reveló que existen 207 proyectos de ley vinculados a la IA en los congresos de 13 países de Latinoamérica; sin embargo, el 57% de ellos posee un enfoque principalmente regulador o sancionador, lo que podría representar un reto significativo para su desarrollo en la región.

En el caso del Perú, la adopción de estas tecnologías aún se encuentra en una etapa inicial. Óscar Montezuma, fundador y CEO de Niubox, advirtió que los 27 proyectos de ley presentados en el país deben evaluarse con cautela. “Regular la inteligencia artificial es un acto de equilibrio. Significa proteger y brindar certeza jurídica, pero sin asfixiar su crecimiento”, agregó.
En esa línea, Marushka Chocobar subrayó que el nivel de madurez digital de cada país debe orientar el tipo de normativa que se implemente. “Probablemente nosotros no estemos en condiciones de ponerle todos los candados a la inteligencia artificial, y podríamos ser más arriesgados, siempre vigilando los riesgos identificados. Hay que perderle el miedo a su uso”.
Desde el sector financiero, Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú, indicó que “la banca siempre ha estado en la frontera tecnológica. La inteligencia artificial nos permite acumular conocimientos y experiencias, personalizar procesos y ofrecer un mejor servicio al cliente”. Además, resaltó la importancia de la “triple hélice”, es decir, la colaboración entre Estado, empresa y academia para convertir las propuestas en resultados concretos.
Los avances tecnológicos deben traducirse en beneficios tangibles para la sociedad y las organizaciones, impulsando no solo la competitividad, sino también el desarrollo sostenible del país. Para el Dr. Martin Santana, rector de la UPN, la academia, en particular, tiene la doble misión de continuar investigando, generar modelos y aplicaciones innovadoras basadas en IA y de formar a los profesionales que harán posible su implementación en los distintos sectores productivos.





