Escribe: Omar Aliaga
Compras de inmuebles, transferencias sospechosas, dinero enviado al extranjero, compras y ventas ficticias de propiedades, un mercado, autos de lujo, una empresa constructora de fachada y muchos kilos de droga como telón de fondo. Todo esto compone la historia de una red que, según la reciente sentencia del Poder Judicial, manejaba el empresario trujillano Marco Benavides Bargallo, con la colaboración de Bruno Bracamonte Moreno.
El último lunes 3 de junio se dio a conocer que ambos fueron condenados a 25 años de prisión y 350 días multa, como autores del delito de lavado de activos, en su figura agravada, es decir, por lavar bienes, dinero, efectos y ganancias provenientes del tráfico ilícito de drogas.
Ha sido un proceso judicial largo y sinuoso. En realidad, la génesis de este caso se remonta al año 2002, hace 22 años, cuando cayó en un local de Trujillo un hombre en medio de muchos kilos de droga y que, tiempo después, desde prisión, soltó el nombre que la Policía estaba de alguna manera esperando: Marco Benavides Bargallo.
Pero esta parte de la historia, que incluye hasta amenazas de muerte y algún asesinato en el camino, la contaremos luego, en otra entrega. Por ahora, veamos cómo ambos personajes que acaban de ser condenados por lavado de activos provenientes del narcotráfico, lograron lavar dinero y tejer una red que prosperó durante estos años en Trujillo.
La «lavandería» de Marco Benavides
De acuerdo con la copiosa investigación desarrollada todos estos años por la fiscalía, y que ha sido acreditada en el proceso judicial, Marco Antonio Benavides Bargallo realizó una serie de operaciones en el sistema financiero que no tienen un respaldo económico que la justifique. Se trata de «la existencia de operaciones anómalas que no tienen sustento en la lógica comercial».
Benavides Bargallo vendió el 17 de marzo del 2010 el inmueble que más adelante sirvió para incrementar el patrimonio de Alfa Constructores SAC, por US$ 60,000. El gerente de esa empresa era Bruno Bracamonte Moreno. Justamente, esta constructora ha terminado siendo hallada penalmente responsable en el proceso, por lo que fue clausurada.
La fiscalía también pudo acreditar la adquisición de un terreno con un área de 307.99 m2 ubicado en la Av. Federico Villarreal, donde funciona el llamado mercado Villarreal, en la urbanización Los Granados, en Trujillo. Esta compra también forma parte de los actos de transferencia y ocultamiento y tenencia de activos de origen ilícito, según la justicia.
En mayo del año 2003 este inmueble fue adquirido por Marco Benavides, por el precio de US$ 10,000. Al día siguiente, lo vende a Bruno Bracamonte Moreno, señalado como su testaferro, y lo hace por el mismo precio de US$ 10,000. Cinco años después, en el año 2008, Bracamonte Moreno construye 10 departamentos dúplex en la zona. Dicha construcción, según declararon a Sunat, por un costo de S/ 146,093.
«Esas son las primeras operaciones donde Marco Benavides Bargallo realiza actos de transferencia y Bruno Bracamonte actos de ocultamiento y tenencia de activos de origen ilícito; hay que tener en consideración que los procesados no han tenido un respaldo económico para realizar estas operaciones», se lee en el expediente judicial del caso.
Más de dos millones y medio en desbalance
Marcos Benavides tenía «dominio fáctico» sobre la empresa Alfa Constructores SAC. Esta empresa realizó pagos a su favor por diferentes conceptos: servicios telefónicos, gastos por combustible, boletos aéreos que en suma alcanzan los S/ 186,437.92.
Benavides Bargallo realizó además operaciones en el sistema financiero. Así, según información oficial, en el periodo 2008 a 2010 hizo envíos de dinero por medio de giros a su coacusado Bruno Bracamonte y a otras personas más por un monto de S/ 76,168 o su equivalente a US$ 16,738 (Bracamonte también le hizo envíos de dinero por miles de dólares a Benavides cuando estuvo en España).
También hizo depósitos en efectivo, en el periodo de abril 2008 a diciembre 2010, por un total de S/ 1’892,013, a través de cuentas corrientes.
«No se ha presentado documentos que acrediten el origen lícito de este dinero», se determinó en el proceso.
Es así que, durante la etapa de juzgamiento, el examen contradictorio de la pericia contable oficial que se le hizo al procesado Marco Benavides Bargallo arrojó un desbalance patrimonial ascendente a 2’676,128 nuevos soles. Sí, más de dos millones y medio de soles.
Bruno Bracamonte, en el periodo 2003 – 2011, presenta un desbalance patrimonial de 1’944,711 soles. Pese a no tener un respaldo económico, realizó operaciones en el sistema financiero.
El papel del testaferro
Con respecto a Bruno Bracamonte Moreno, se le acreditaron actos de ocultamiento y tenencia, en su papel de testaferro de Marco Benavides Bargallo.
Bracamonte Moreno, según las investigaciones del caso, tuvo como negocio el restaurante Chalwa, del año 2006 al 2010. En el proceso se indicó que dicha empresa no generó rentas a favor del procesado.
Por ende, como persona natural Bruno Bracamonte Moreno, en el periodo 2003 – 2011, presenta un desbalance patrimonial de 1’944,711 soles. Pese a no tener un respaldo económico, realizó operaciones en el sistema financiero, además del vínculo contractual como representante de la empresa de Alfa Constructores SAC.
La empresa Alfa Constructores, que fue inscrita según partida registral 11088396 el 11 de abril 2008, ante la notaría de Guerra Salas, y cuya actividad económica principal era la construcción de edificación completos, fue constituida con un capital social de 100,000 soles. Y se nombra desde el inicio como gerente general a Bruno Bracamonte Moreno.
Inicia sus actividades el 25 de abril del año 2008, pero el inmueble que se tuvo en consideración en este caso y que finalmente llega a Alfa Constructores SAC tiene todo un camino recorrido de operaciones anómalas y desde el año 1997, en que fue adquirida por Emilia Bargallo Guevara por S/ 80,000.00, pasó por distintas manos a través de transacciones y termina donado a Marco Benavides Bargallo, quien lo vende a Alfa Constructores, es decir vuelve a Bruno Bracamonte.
Una empresa constructora para «lavar»
Según arroja el proceso por lavado de activos, Alfa Constructores SAC ha presentado aumentos de capital importantes por S/ 100,000, S/ 150,000, S/ 250,000, un aumento de capital del 2010 por S/ 575,561 que fue un préstamo que quedó evidenciado en la etapa de juzgamiento.
El incremento patrimonial de Alfa Constructores SAC se pudo corroborar de la siguiente manera. En primer lugar un predio ubicado en la Mz. E Lt. 25 Palmeras de Golf II etapa, adquirido por Bruno Bracamonte Moreno el 11 de noviembre del 2009, por US$ 61,229. De la misma manera adquirió el predio ubicado en calle el Palmar Lt. 31, Mz.0, Primera Etapa Urb. El Golf Victor Larco Herrera, también adquirido por Bruno Bracamonte Moreno en representación de la empresa de Alfa Constructores SAC, el 19 de abril del 2011, en este caso por US$ 300,000.
Todo ello con un dineral que no tiene sustento. Del mismo modo ocurrió con el lote de terreno ubicado en la Mz 1, Lt.3, Zona Industrial Alto Moche Miramar, distrito de Moche, adquirido por Bracamonte Moreno mediante el contrato de traspaso de posesión de fecha 29 de septiembre de 2009, por la suma de S/ 28,000, y que no está inscrito en Sunat, pero sí en los registros prediales de la Municipalidad de Moche.
Alfa Constructores también adquirió vehículos. Está el caso del vehículo de placa T1C-818 por S/ 28,400, el camión de placa T2V-851 adquirido el 9 de mayo 2011, el vehículo de placa RD 5990 el 29 de abril del 2008 por US$ 34,000, el vehículo de marca Graat Wall camioneta Pick de placa T2L-809 adquirido por 8,000 soles el 25 de enero de 2011. Y así se suman más, como el caso del tractor marca Komatsu de US$ 36,096.
«Durante el periodo 2008 – 2010 la empresa Alfa Constructores generó utilidades del orden del 4.21% en promedio anual sobre las ventas netas, lo cual demuestran que el negocio no es rentable, no genera renta alguna a los socios que permite realizar inversiones e incrementar su patrimonio personal, más bien generó endeudamiento en el sistema financiero en el orden de US$ 678,000», señala la investigación que derivó en la condena.
Los reportes de saldo de caja Diario y otros documentos incautados dieron cuenta de «otras entregas de dinero, bajo concepto de pago por planilla, la compra de boletos aéreos que asumen el gasto la empresa Alfa Constructores SAC, que también fueron encontrados en el interior del inmueble, uno de ellos a favor de Marco Benavides y el otro de Bruno Bracamonte, conforme se puede apreciar, LAN y otros como American Airlines con destino Lima – Río de Janeiro, Lima fecha de salida 4 de octubre del 2009 y de llegada 7 de octubre del 2009, todo ello pagado por la empresa Alfa Constructores SAC».
Y así, con evidencias como estas, acopiadas y procesadas a lo largo de más de una década, la justicia ha determinado hoy que ambos empresarios trujillanos, ayudados por otros actores que aparecen también en el proceso, aunque como secundarios, lograron amasar dinero, lavarlo, convertirlo e insertarlo en la dinámica económica de Trujillo, del norte y del país.